La mentira de la Seguridad como solución a los problemas argentinos. Slogan de campaña


La seguridad es un negocio.

Ver los números de presupuestos que manejan los Estados en ésas áreas y sin soluciones reales en el tiempo, muestra rápidamente que se trata de algo que no puede ser analizado como un estanco vacío.

La seguridad es un área integral, compuesta por políticas de Estado que abarcan salario, educación, trabajo genuino, alimentación y salud.

Mientras ésas áreas no sean «elevadas» al máximo para las mayorías la seguridad seguirá siendo un negocio para pocos y que sufren millones.


Cuando Diego Santilli, vicejefe de Gobierno de CABA y actual candidato a Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires (Juntos) dice Seguridad, seguridad, seguridad!!! ¿A qué se refiere? Slogan coyuntural, preelectoral si los hay, y una de las mayores preocupaciones de los dirigentes de centro derecha argentinos y en el mundo.

El «temor» a ser robados, por delincuentes en motos, o en la calle es la preocupación generada desde ciertos sectores de la política y los medios masivos de comunicación. Jamás éstos niveles de pedidos de seguridad contra la «delincuencia» equipara a la delincuencia de los salarios y millonarias vidas de los propios políticos, jueces, fiscales y jefes de las fuerzas. Y nadie sale a denunciarlos, menos los gurúes de la política.

Si tenemos en cuenta por ejemplo a la «inseguridad» integral ¿No son un delito las deudas mal contraída por jefes de Estado como la de 44 mil millones de dólares que el ex presidente Mauricio Macri contrajo en 2019 con el FMI?

Si seguimos éste argumento, la gente debería hablar y poner en evidencia éstos casos como inseguridad por «estafa» y otras cuestiones legales que tienen correlato en el código penal. Pero nadie va preso.

Los argentinos deberíamos pedir de igual manera un castigo ejemplar, más por tratarse de recursos públicos que jamás se vieron en inversiones de ningún tipo; otra caso: la estafa que realizó Vicentín con los recursos del Banco Nación (de los argentinos), empresa que hoy pretende diluir su deuda y pide sólo pagar un 30 por ciento de lo recibido: 18.108 millones de pesos en 2019 que en realidad fueron 105,5 millones de dólares.

Y hablo de situaciones comprobables y en donde los dirigentes de todos los partidos políticos deben estar dispuesto a ser investigados. Delito e inseguridad en éstos casos miles de veces peores que aquellas que los políticos/as claman.

La situación actual y presupuestos

Ahora la pregunta ¿Quién va preso por la inseguridad social y económica contra millones de argentinos, empresarios, políticos, jueces? ¿Quién va preso por no cumplir con las promesas y puede mentir con descaro cosas que no va a cumplir ni ha cumplido en campaña? ¿Quién me puede decir que éstos no son delincuentes que jamás van a ir preso pero nadie reclama ni denuncia ni se preocupa en decir: No mientas más, por éso no te voto?

Pues hasta hoy pocos o nadie lo hacen; si vemos enviar 10 patrulleros a sacar a 10 senegaleses de Once o generar un show mediático con recitales para la gente.

Inseguridad delictual para el grueso de la ciudadanía, el peor delito que deja a millones en desventajas laborales, de salud, sociales y educativas por muchos años, todo porque el «negocio» de ellos es más importante que el derecho de las mayorías. Te convencen y comprás.

La «inseguridad» se transforma así en un concepto y hecho «ideológico» y de clase, si lo vemos desde éste ángulo de la información y análisis político.

Entonces Santilli, cuando habla de inseguridad o que va a mejorar la seguridad, ¿De que lado ideológico habla? Primero ocultar el desastre económico e inseguridad que generaron con su jefe político a todos los argentinos: te puede cuidar alguien que te endeudó por 100 años? Hay que hablar de todo y hacerse cargo.

Más patrulleros, más policías, más presupuesto para cámaras y multas fotográficas. La utilización de la fuerza pública es sin dudas, poner en regla a los que osan disputarles poder. En general los Estados no procuran prevención sino recaudación y represión.

El presupuesto de Seguridad y Justicia que maneja el propio Santilli en CABA, es casi 5 veces mayor al presupuesto anual de toda Lomas de Zamora para 1 millón de habitantes: 89 mil millones de pesos (contra el presupuesto lomense 2021, 19 mil millones).

Entonces decime como reasignaría Santilli recursos en en el conurbano que tiene una densidad población de 10 millones de personas pero con presupuestos mínimos para sostener obras locales, cuando además, desde CABA no quieren resignar puntos de la coparticipación nacional y bonaerense en especial, porque creen que los porteños son la ciudadanía elegida. Muchas cosas por decir y hacer despertar.

Desigualdad, ideología al máximo en la defensa de los derechos de unas minorías, no porque no merezcan políticas de seguridad pero sin dudas que usan éste slogan y los miles de millones para proteger derechos y presupuesto que muchas veces quitan a otras áreas como desarrollo social, educación y trabajo.

En definitiva, la inseguridad es alimentaria, laboral, educativa, una deuda de años en éste bendito país, en donde grupos minoritarios de poder desde hace siglos nos vienen destruyendo como Nación, con la evasión, la fuga de capitales, la transferencia económica hacia los sectores concentrados de la economía, la tenencia de la tierra y sus recursos impuestos a base de balas y sangre, o a través de decretos «legalizados».

Cuando ves ésta estrategia y maniobra que los empodera y enriquece al punto de hacerlo casi «intocables», que hablemos de un par de delincuentes en moto o el que vende en la calle, es un cuento de hadas para tontos que aún cree, que deben hacer la mirada hacia un costado y callarse por ideología o porque van a recibir algún puestito a cambio.

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